Hacer consciente lo inconsciente.
Nuestro intelecto vive abocado a solucionar nuestros problemas terrenales. Cuando algo nos preocupa se agita y le cuesta centrarse en el presente. Como dice Carl Jung:
«A menudo las manos van a resolver un misterio con el que el intelecto ha luchado en vano»
Solemos minimizar la sabiduría de nuestro cuerpo. Cuando dejamos que se exprese, muy a menudo salen a la luz hechos inconscientes con los que venimos luchando y a los que nuestra mente consciente no encuentran solución. Dibujar o pintar sin el ánimo de reproducir ninguna figura es una manera de permitir que nuestro inconsciente se exprese.
Desde los albores de la humanidad y en todas las culturas han existido los mandalas. Son dibujos geométricos que podían utilizarse para decorar, pero también para meditar, orar o alcanzar estados expandidos de consciencia. La única diferencia con cualquier otro dibujo es que la repetición de esquemas o líneas produce en el cerebro un estado de auto hipnosis que reduce las ondas cerebrales permitiendo que el inconsciente aflore sobre el ruido de nuestra mente consciente. Cuando se realiza una meditación a través del arte, no es raro que muchas personas realicen dibujos geométricos muy similares a un mandala. Ello es debido a que se crea un ambiente de intimidad en el cual estamos solos frente a nosotros mismos delante del lienzo.
El objetivo de la meditación a través del arte es ofrecer las herramientas y conocimientos para que cada alumno se inicie en esta técnica que combina creatividad y conexión interior.
Los beneficios de la meditación a través del arte son evidentes y suman los aspectos positivos de la meditación y de la pintura:
- Relajación.
- Disminución del estrés.
- Incremento de la concentración-
- Liberación de emociones reprimidas.
- Incremento de la creatividad.
- Resolución de problemas enquistados.
- Equilibrio psíquico y emocional.
- Incremento de la sensación de estar presente.
La única manera de vivir en paz es conociéndonos a nosotros mismos.
